martes, 19 de julio de 2016

El reventón del niño

Estoy todo el día reparando coches, moto y todo tipo de vehículos y claro, tenía que llegar un cochecito de niños... Este tenía más kilómetros que una taxi, ya que su dueño me dijo que había pasado por diferentes nenes de la familia, vamos, algo habitual estos días.

Aquí tenemos un caso claro de una grieta que se creó algún día y en la cual nadie reparó hasta que el tubo se soltó por completo. Obviamente estos carritos están hechos en su mayoría de aluminio, para reducir peso, obviamente. Esta soldadura requirió de una poquito de soldadura TIG que no presentó especial problema más allá de la pequeña separación que quedaba entre los tubos y el mismo pequeño grosor de estos que me hizo trabajar con un amperaje en escalera para poder, a mitad del cordón, rebajar el amperaje debido a que el exceso de calor me hubiera producido un burn out. Si la máquina no tuviera esta opción habría dos maneras de solucionarlo. Una hacer el cordón el dos veces y dejando enfriar entre ellas o bien usando un pedal (yo lo uso del tipo interruptor cuando estoy fuera de posición pero no me permite regular el amperaje) para regular la potencia que le aplicas al arco.

En definitiva, una carrito que sigue siendo igual de ligero e igual de fuerte, o más, que cuando salió de su fábrica. Ala, niños a llorar, gritar y descubrir mundo.

Antonio Maeso

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miércoles, 13 de julio de 2016

¿Me lo limpia para hacerlo a la plancha, por favor?

Más o menos así me sentí. Me acordé de esas pescaderas y pescaderos de la plaza cuando les pido un kg de bacaladillas y les pido por favor que me las limpien de todas las tripas...en fin.

Cada día me gusta menos el ruido, y la verdad es que el haber competido con motos eléctricas ma ha dado estos años un punto de vista sobre las motos y las carreras que difiere del que teníamos, muchos, de toda la vida: motos, ruido y carreras van unidas.

El caso es que aquí este amigo me pidió una operación que todos hemos hecho o visto hacer alguna vez en nuestra vida Motera y que él ya había intentado iniciar a martillazos limpio, cual es destripar un silencioso para quitarle todo lo que lleva dentro. Este, en particular, estaba bien diseñado pues en e, habían conseguido meter el catalizador y además un laberinto para hacerlo menos ruidoso. Parece ser que el baremo dueño de la moto probó a no llevar silencioso, directamente, y la moto no parecía hacer demasiado ruido... Una Hyosung 125...

En fin, sea como fuere, destripar ese silencioso fue algo bastante laborioso. Primero hubo que cortar las tapas para poder de-soldar todo el entramado que el silencioso llevaba dentro y que de ninguna manera iba. A soltarse por muchos siglos que pasaran de lo bien soldado que estaba... Esta fue la parte que más me costó, sin duda.

Una vez recortado y con todo marcado para saber como iba todo de origen, me dispuse a dar unos puntos para pasar a soldar todo con la mínima aportación posible de acero inoxidable en carilla de 1.6 mm y utilizando la tig para ello.

El resultado fue bueno y aunque la soldadura fue muy larga y tuve que reposicionar muchas veces (a ver cuando puedo hacerme de una mesa giratoria) al final la apariencia no distaba mucho de la que originalmente traía, por lo que, dejando de lado el ruido que pueda hacer, al menos estéticamente nadie podrá adivinar la operación llevada a cabo.

En esta foto podéis ver como iba a mitad de soldadura.

En esta foto siguiente podéis ver como lo cogí para ir soldándolo y en el suelo parte del tremendo entramado que había dentro.

Antonio Maeso

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viernes, 8 de julio de 2016

Aquel verano rojo intenso

Esta es una reparación que me trae muy buenos recuerdos. Aquellos meses en los que disfruté de una moto de calle de la que, sin saber muy bien porqué, estaba estéticamente enamorado. Aquel enorme y ancho tanque en un rojo brillante y de carreras como ninguno, y aquel motor que sentías pistones pero que giraba tremendamente equilibrado, me cautivó. Sé que algún día volveré a disfrutar de una...

Lo cierto que a nadie escapa que la Ducati Monster ha sido y es un icono de las motos de calle, bien sea aquella 750 que yo tuve o cualquiera de los otras decenas de versiones habidas. Es por ello que me hizo ilusión ver aparecer por mi "clínica" una Monster 820 que había sufrido un accidente con la consecuencia de haber arrancado el tornillo y parte del cárter de aluminio en donde se sujetaba la pata de cabra. Una de esas soldaduras que muchos talleres suelen evitar por las complicaciones y el riesgo.

El desafío era soldarlo sin desmontar el motor y el cárter, claro. Para ello se me ocurrió tirar de torno y fabricar un casquillo que más tarde soldaría al cárter utilizando la soldadura MiG doble pulsada por puntos ya que había que infundir al cárter el mínimo calor posible para evitar problemas y sobre todo evitar el riesgo de agujerearlo ya que tenía aceite dentro y habría sido un desastre. Coloqué las piezas para medir el grosor del casquillo, lo fabriqué, limpié todo y desengrasé a conciencia. Tras puntear hice otros puntos más a alta intensidad pero casi de menos de un segundo, para ir cerrando el cordón a todo el alrededor.

Aquí os dejo la secuencia de un trabajo que dio sus frutos y acabó permitiendo a esta Monster lucir palmito aparcada en cualquier terraza de verano.

Antonio Maeso

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